El Geoparque Mundial UNESCO Las Loras, en el marco del proyecto Laboratorio GAD-EX, ha impulsado la rehabilitación de la antigua Casa del Pastor de Castrecías (Burgos) con el objetivo de ponerla al servicio de los ganaderos trashumantes que cada año llegan con sus rebaños desde Salamanca, Extremadura o Andalucía. La iniciativa, de cuya ejecución y coordinación se encarga el Grupo de Acción Local Adeco Camino y en el que colabora también la Junta Vecinal de Castrecías, responde a una necesidad real: esta pequeña localidad burgalesa, con poco más de una veintena de habitantes censados, es la única de la zona que sigue recibiendo entre 1.000 y 1.500 ovejas y cabras trashumantes. 

Esta práctica, que es una de las principales fuentes de ingresos de la Junta Vecinal, es vital tanto para la economía local como para el mantenimiento de pastizales y ecosistemas en equilibrio. Sin embargo, hasta ahora los ganaderos no tenían un lugar donde alojarse en el propio pueblo y se veían obligados a quedarse en localidades más grandes como Aguilar de Campoo, lo que encarecía y dificultaba su estancia.

Con la mejora de este edificio comunal, se pretende dignificar las condiciones de trabajo y pernocta de los pastores, ofreciendo un espacio básico pero cómodo para que puedan instalarse, incluso acompañados de sus familias. De este modo, se reducen costes y se hace más atractiva la continuidad de la trashumancia, una práctica con siglos de historia que sigue aportando beneficios ambientales, culturales y socioeconómicos a la comarca. “Recuperar la Casa del Pastor es mucho más que restaurar un edificio. Es apostar por la trashumancia como una actividad viva, que dinamiza socioeconómicamente el territorio y mantiene un paisaje único”, destacan desde el Geoparque Las Loras.

UN EDIFICIO CON MEMORIA COMUNAL. La Junta Vecinal de Castrecías, consciente de la importancia de esta iniciativa, ha apostado por la restauración frente a la demolición, conservando así el valor histórico y simbólico del inmueble, que fue durante siglos casa comunal y parte esencial de la vida del concejo. Con una superficie de 91 m² repartidos en dos plantas y un espacio exterior de 247 m², el edificio acogerá, una vez finalizada la intervención, a los pastores trashumantes en condiciones adecuadas de confort y habitabilidad.

En Castrecías, al igual que en muchos pueblos de esta zona de Burgos, existían antaño casas del pastor de carácter comunal, ligadas a la vida del concejo. Eran espacios donde se alojaban los pastores encargados de manejar el ganado de todo el pueblo mientras los vecinos se ocupaban de las labores agrícolas. A veces, incluso, compartían funciones con la casa concejo o la escuela. Esta tradición, con raíces en la repoblación medieval, habla de un modelo de organización basado en la cooperación y en el uso comunal de pastos y recursos. Aunque la figura del pastor comunal ha desaparecido, la vocación ganadera del territorio sigue viva.

TRADICIÓN E INNOVACIÓN EN UN MISMO CAMINO. La trashumancia es reconocida hoy como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, y forma parte del ADN de la montaña burgalesa. Con esta actuación, el Geoparque Las Loras y la Junta Vecinal de Castrecías demuestran que es posible mantener vivas las tradiciones adaptándolas a las necesidades actuales, y que invertir en infraestructuras rurales es también apostar por la fijación de población, la economía local y la conservación del paisaje.

La rehabilitación de la Casa del Pastor de Castrecías se enmarca en el Laboratorio GAD-EX, un proyecto que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea-NextGenerationEU-.